Edificio donde radica Radio Morón |
Antiguo local de la emisora |
La fundación de la C.M.J.X Radio Morón fue todo
un gran acontecimiento, que llenó de alegría a un pueblo que encontró en esa
señal radiofónica no solo un canal de entretenimiento, sino también un medio
para difundir la cultura local, para conocer los acontecimientos del territorio, en medio de
un ambiente político poco favorable para una ciudad preñada entonces de
limitaciones en su infraestructura social.
Durante
algunos años la C.M.J.X. la conformó un minúsculo colectivo de apenas siete trabajadores, que repletos de entusiasmo y vocación, se encargaron de simultanear
funciones para mantener en el aire una prematura programación, que con el
tiempo fue cobrando fuerza y organización, acorde con los gustos y preferencias
de la radioaudiencia.
De boca de
fundadores, como José Luis Taboada, Rafael Morales y otros que se sumaron posteriormente,
conocimos que con la llegada de Radio
Morón al éter, se multiplicaron los radio-receptores en la ciudad, dado el
impacto que constituyó en corto espacio, la salida al aire de programas como el
Noticiero Estelar, donde habitualmente se ofrecía un comentario editorial
y se describían los acontecimientos
más notables, oportunidad que
aprovecharon los comerciantes para invadir con la propaganda de sus marcas y servicios.
Surgió así
el patrocinio de otros programas, y se hizo popular por su gran audiencia,
Meridiano Campesino, con sus poetas, voces y
guitarras, espacio que este 19 de noviembre cumplirá junto con la
emisora 70 años en el aire.
A lo largo
de este recorrido por la historia radial de nuestra emisora, devenida en la
C.M.I.X Radio Morón, numerosos han sido los momentos significativos, como
cuando este medio pasó a principios del triunfo de la Revolución a formar parte
del Frente Independiente de Emisora Libres (FIEL), antesala del surgimiento del
Instituto Cubano de Radiodifusión.
Desde su fundación hasta el 24 de diciembre de
1962, la emisora originaba sus transmisiones desde la calle Serafín Sánchez
número 48, donde se disponía de una pequeña cabina de locución, el área de los operadores de audio y una sala
teatro, desde donde se ofrecían los programas en vivo, con la participación del
público visitante.
Su
colectivo creció en cantidad de
miembros, la mayoría de manera empírica,
pero con un inmenso amor por la radio en interés de cubrir las expectativas de
una audiencia que no se apartaba del dial. Vendrían años de esfuerzo y dedicación, de superación
profesional, de complejas estrategias radiales, pero la radio de la ciudad ha
despejado siempre veredas con personas definidas ideológicamente que no dejan empeñar la
historia de un medio que ha sido y seguirá siendo, alma, corazón y vida de la
Ciudad del Gallo.
Leonel
Iparraguirre González
No hay comentarios:
Publicar un comentario