Cuando parecía que todo se había destruido, y que los cuatro organopónicos existentes en el municipio avileño de Morón, no volverían a producir en mucho tiempo, una voz femenina, tan fuerte como los vientos de Irma, se escuchó: "¡No ha pasado nada, vamos a trabajar desde ahora para garantizar las hortalizas de fin de año!". Así fue la exclamación de Olga Santos Arias, representante de los sistemas de organopónicos de los consejos populares Este y Oeste del municipio, unas horas después de la retirada del potente huracán el pasado mes de septiembre.El devastador meteoro, destruyó las mayas de las áreas semi protegidas, torció tuberías, desapareció cuerdas y sostenedores, afectó sistemas de regadío, desbarató canteros y arrasó con los sembrados. "Aqui no quedó casi nada, pero con mucha voluntad y entrega de los hombres y mujeres, logramos recuperarlo todo", comenta Olga, mientras señala con su mano el verdor que exhiben los 67 canteros del organopónico Roberto Rodríguez, también conocido como "el del centro".
Con toda rapidez trabajaron los compañeros para resarcir los daños de los organopònicos conocidos como Patria Uno y Patria Dos, El Carmen y el del centro, lo que posibilitó que en los días finales del 2017, la población contara con disponibilidades de ofertas de lechugas, rábanos, ajos puerros cebollinos, quimbombó y acelgas..
Las ofertas estuvieron en la feria de fin de año, en puntos de venta y Mercados Agropecuarios Estatales, y aunque pretendiamos cosechar mayores cantidades, no es menos cierto de que el pueblo contó con las hortalizas en las cenas familiares.
Aún estos organopónicos tienen cultivos pendientes a cosechar, pues según Olga Santos, en las próximas semanas aspiran invadir los mercados con algunas variedades como lechugas, producto de alta demanda popular. Se trata de una respuesta oportuna de los trabajadores de los organopónicos que el pueblo sabe reconocer.
Leonel Iparraguirre González.
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