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miércoles, 31 de octubre de 2018

Trocha de Júcaro a Morón, huella de luchas por la independencia cubana

                            


La Trocha de Júcaro a Morón dejó una huella significativa en las luchas por la independencia de Cuba pues a pesar de considerarse infranqueable, no impidió a los grupos insurrectos violar su seguridad.

Construida en 1871 por el gobierno español, tenía como objetivo imposibilitar el avance de las tropas mambisas desde el oriente hasta el occidente cubano.

Se escogió esta zona llana del centro de la isla para aprovechar la estrechez del territorio -68 kilómetros- desde el puerto de Júcaro, en la costa sur, hasta el poblado de Morón, en la norte, de la actual provincia de Ciego de Ávila.

La línea fortificada tenía 68 fuertes a la distancia de un kilómetro cada uno, 67 blockhouse y 401 puestos de escucha, y estaba custodiada por más de cinco mil hombres habilitados con moderno armamento de infantería y 10 piezas de artillería.

Un ferrocarril de vía estrecha protegía la trocha, el cual servía para mover con rapidez a la tropa de un lugar a otro.

Tenía un sistema defensivo estructurado en tres escalones: primero una avanzada de caballería con dos mil hombres, luego la misma Trocha y finalmente una hilera de fortines al oeste.

Como medio de comunicación empleaban las señales, pues cada fortificación tenía un rancho con capacidad para 200 hombres, mientras los ubicados en los poblados lo hacían a través del telégrafo.

Además, una torre óptica o heliográfica emitía destellos lumínicos hacia otro torreón situado en el extremo oeste, algo alejado de Ciego de Ávila, o hacia el resto de los fortines, lo que permitía una rápida información sobre la presencia de las tropas insurrectas.

En esa época fue la obra más perfecta y sofisticada del gobierno de España en América Latina, por lo cual pensaron que sería una barrera inexpugnable e infranqueable.

Pero las ansias libertadoras y el coraje de los cubanos que integraban el Ejército Libertador, dirigidos por los generales Antonio Maceo y Máximo Gómez, fueron mucho más fuertes que las ideas de los españoles.

En varias ocasiones las tropas mambisas lograron cruzar la línea militar con el único interés de llevar la guerra de independencia hacia el occidente de Cuba.

El primero que lo logró fue el general Máximo Gómez en compañía de su tropa, el 6 de enero de 1875, destruyendo así el mito de que era una barrera inviolable.

Para lograr sus objetivos necesitaron la ayuda de jefes insurrectos del territorio avileño, entre ellos el brigader José Gómez Cardoso y el coronel Simón Reyes Hernández, este último conocido como El Águila de la Trocha.

En esa ocasión Gómez reveló una vez más su táctica militar y puso en alto la autoridad insurrecta.

A los 143 años se recuerda el hecho como uno de los más importantes acontecimientos históricos ocurridos en tierra avileña por la independencia de Cuba.

Casi un siglo después de aquella hazaña, justamente en octubre de 1958, las columnas guerrilleras número dos Antonio Maceo, guiada por Camilo Cienfuegos y la ocho Ciro Redondo, encabezada por Ernesto Che Guevara, atravesaron de forma simbólica la fortificada línea de Júcaro a Morón.

Ambos Comandantes del Ejército Rebelde se dirigían a la central provincia de Las Villas (hoy Villa Clara) para cumplir una misión dada por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.

En esa región ambos jefes dirigieron heroicas y victoriosas acometimientos que los consagrarían aún más en la historia cubana. Comenzó una etapa nueva, ardua y difícil de la guerra liberadora, que aseguró la victoria definitiva del Primero de Enero de 1959.

Actualmente del poderoso sistema fortificado que fue la Trocha de Júcaro a Morón, solo quedan rastros conservados como reliquias o testimonios de la historia nacional.

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