Se trata de una actividad muy peculiar, que inicia con un solo de trompeta, seguido por el Mariachi de la ciudad, que ofrece una melodía, generalmente "Las Mañanitas", y desde la base al monumento escultórico artistas locales dedican interpretaciones por el cumpleaños.
El monumento al Gallo de Morón, obra de los escultores Armando Alonso y Rita Longa, fue objeto de una total restauración, por parte la empresa Laredos, y el mantenimiento general a la escultura por un equipo especializado de la Oficina del Historiador de La Habana.
Esta actividad constituye el preámbulo de la Semana de la Cultura Moronera, que comprende una variada programación, que incluye el conocido Baile Guajiro, inauguración de exposiciones, tertulias, encuentros literarios y otras opciones.
Entre los invitados a esta edición se encuentran Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas y como propuestas se incluye el Festival Al Son del Gallo, con clases magistrales sobre ese género musical, presentación de libros, una gala artística en el tetro Reguero, entre otras opciones.
Este símbolo de la ciudad se estableció en el siglo XVIII y constituye una transculturación a partir del Gallo de Morón de la Frontera, en Sevilla, España, teniendo en consideración la gran cantidad de población española existente entonces en el Morón avileño.
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