Tal parece que el reciente huracán Irma multiplicó potencia a su paso por la zona rural de La Rosa, en el municipio avileño de Morón, para dejar en el suelo todas las estructuras rústicas del conocido paraje de la Corporación Palmares, denominado Rancho Palma. Irma, incluso, dejó sin palmas el ranchón, y los frondosos árboles que cobijaban con su sombra tan acogedor lugar, quedaron desmantelados, con ramas partidas, sin hojas, y muchos troncos desprendidos de raíz.
Se trata de una instalación a la cual los visitantes podían llegar por carretera, o mediante una excursión por ferrocarril, en coches tirados pòr una antigua locomotora de vapor, pero tan gustada opcional quedó convertida en escombros en pocas horas.
No pocos vecinos del lugar pensaron a primera vista que Rancho Palma, con sus apetitosos platos de la cocina cubana había desaparecido para siempre, y que muchos animales de la fauna avileña, como jutías, majaes y pajaritos con bellas tonalidades que se exhibían a los visitantes, se había dado a la fuga.
Unos días después, Rancho Palma comenzó a recobrar su forma con la llegada de dos brigadas que ejercen el trabajo por cuenta propia, especializada en la construcción de ranchones rústicos. Con la madera necesaria a pie de obra, comenzaron a despojarla de cáscaras y a pulir soleras, varas y cujes, mientras otro grupo se dedicaba a levantar la armazón.
Una alentadorta noticia daba a conocer el ejecutor principal Leonel Fajardo Alemán: " es nuestro propósito dejar lista la instalación para finales de este mes, para que Rancho Palma reanude sus servicios de inmediato, y los visitantes puedan no solo saborear los exquisitos platos, sino admirar ejemplares de nuestra fauna, como anteriormente".
Junto a los constructores, se encuentran los trabajadores habituales de Palmares, quienes sin descanso reconstruyen lo que el viento se llevó.
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