
No todo el mundo tiene esa capacidad para esperar y esperar la llegada de una trucha o de cualquier otra especie de las que abundan en ríos, presas, o mares a la trampa de nuestro anzuelo o atarraya.
En esa misma paciente espera están por espacio de unas cuantas semanas trabajadores de La Atarraya, conocida unidad anclada sobre pilotes en las aguas de la Laguna de la Leche, no precisamente esperando la picada de truchas o biajacas, sino por las condiciones necesarias para proceder a la reparación de ese popular restaurant, seriamente afectado por el paso del huracán Irma en septiembre pasado.
Erick Morales, administrador, confiesa que con el esfuerzo de los trabajadores de ese complejo, laboran en la reparación de ranchones y carpas que circundan la instalación, todo ello con la madera y otros recursos recuperados, porque el fenómeno meteorológico lo destruyó casi todo.

En todo este tiempo los trabajadores de La Atarraya se han dado a la tarea de proteger mostradores y otros elementos que al estar expuesto al agua, sol, lluvia y sereno, corren el peligro de afectarse. Ya terminaron la rehabilitación de una carpa y trabajan en la reparación de un ranchón rústico.
Sin embargo, apenas hace unos días se abrió el acceso de vehículo al área de la laguna obstruida por árboles derribados, postes del sistema eléctrico y pilas de escombros acumulados, y no se ha priorizado la reposición del sistema eléctrico.
¿Cuánto tiempo requerirá entonces la reapertura del restaurant La Atarraya, tan aclamado por visitantes no solo de la provincia de Ciego de Ávila, sino de otras muchas partes del país?.
Continuarán en el círculo de espera los trabajadores de La Atarraya, acompañados de muchas personas que acostumbran visitar la ciudad del Gallo y llegarse hasta la Laguna de la Leche, para saborear uno de los exquisitos platos de la cocina criolla que allí saben preparar.
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