Desde los primeros años del triunfo de la Revolución, siendo aún muy joven, se incorporó a la familia radial donde aprendió empíricamente a la manipulación de los equipos de audio, puesto que logró desempeñar con especial maestría y por su creatividad y vocación radial, fue además director de programas de gran audiencia, como A las Cinco y Treinta PM, sobresaliendo además, en el montaje de menciones y propaganda radial.
"El Llanero", como cariñosamente se le nombraba dentro de la emisora, no tenía horario de trabajo, era el primero en llegar a la planta radial en la madrugada para organizar los programas, hacer innovaciones a sus espacios y desarrollar sus incuestionables iniciativas.
Su esmero y pasión por la radio desde su silla frente a la consola de audio eran insuperables, tal era su habilidad que en los momentos de mayores complejidades, solo pedía que hicieran silencio a su alrededor, y con mucha paciencia, pero gran soltura, era capaz de salvar errores, imperceptibles para los oyentes.
En los últimos meses permaneció en su casa por presentar problemas de salud y temor a contraer el virus de la Covid-19, pero el pasado 24 de diciembre, cuando cumplía 78 años de edad, manifestó que iba a recibir el año nuevo con mejores condiciones de salud y que sería entonces cuando volvería a recorrer las calles de la ciudad, saludar a sus amistades y visitar los estudios de su emisora querida, objetivos que lamentablemente no pudo cumplir.
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